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5.12.06

Dachau, los gritos del pasado (Parte 2)

Para los que no leyeron la Parte 1, aquí la tienen.

Aquí les dejo la segunda parte del relato de Manolo sobre el campo de concentración de Dachau.
Al otro lado del patio de revista se encuentran las barracas, ahora solo quedan 2 en pie de las 34 que había antes, aquí pude ver como hacinaban hasta 2000 presos en barracas, que estaban preparadas tan solo para 200, en condiciones totalmente infrahumanas.
Cuando los presos llegaban a las barracas les explicaban como tenían que hacer la cama, cosa me dejó impresionado, básicamente el hacer la cama era una explicación de unos 10 minutos con pasos que tenias que seguir para que todas las camas de la barraca quedaran perfectamente hechas y todas iguales si no se consideraba que habías quebrantado una de las “leyes del campo”. ¿Cómo una persona después de estar un día entero de trabajos forzados y casi sin comer iba a ser capaz de hacer la cama de esa manera? Es una muestra de la locura y la tortura psicológica de la SS.
Las barracas no se utilizaban solo para dormir, algunas eran las temidas “enfermerías” en las cuales, aparte de realizarse algún tipo de curas básicas a los presos, era donde la SS realizaba sus atroces experimentos en personas vivas.

Los sometían a ensayos a baja y alta presión para ver el límite humano reventando los órganos de los presos, también probaban nuevas armas químicas y las dosis necesarias para que fueran letales, por lo que cuando la dosis no era suficiente el preso podía estar sufriendo brutalmente durante horas, no quiero ni imaginar el resto de experimentos que harían allí.
Otra de las barracas era utilizada de prostíbulo, obligando a las reclusas a prostituirse con los mismos presos del campo. Quiero recordar que no todos los presos en los campos eran políticos o raciales, los campos también eran prisiones normales y contenían criminales comunes (asesinos, violadores, atracadores…) en algunos casos había campos que este grupo era mucho más del 50%.
En el centro de las dos filas de barracas se encuentra un camino de álamos plantados por los reclusos que era el lugar donde pasaban el poco rato libre que tenían al día y es el único lugar donde puede verse algo de tranquilidad, aunque con tan solo mirar hacia la intendencia, la presencia de este lúgubre edificio y el sonido de los gritos de la enfermería debía recordar a los presos en la pesadilla que se encontraban.
En cualquier momento podemos acercarnos al cercado del campo, es increíble la sensación de impotencia que da ver este sistema, primero se encuentra en césped de 8 metros, que cualquier preso que lo pisara era sistemáticamente fusilado desde las torres de vigilancia, los oficiales se entretenía tirando presos al césped para que probaran puntería los oficiales de las torres, después hay un foso seguido de unos alambres de espinos que preceden a la cerca electrificada, ya al final hay un muro de hormigón.
Esta cerca no se utilizaba sólo para que los presos no salieran, si no para que la población civil no pudiera ver las barbaries que sucedían dentro, ya que supuestamente esto era tan solo un “centro de reeducación”.


El crematorio. Este lugar es el más macabro de toda la visita, aquí es donde se encontraban los hornos donde quemaban los cadáveres y la famosa cámara de gas. Cuando llegas se nota en el ambiente como la muerte siempre va a estar presente en este lugar, nada más llegar hay un patio justo delante de los hornos donde la SS torturaba, fusilaba y ahorcaba a los presos los cuales después introducía en los hornos, algunos aún agonizando. En la barraca X nos encontramos con la “ducha”, primero llegamos a unos percheros donde se desvestían los presos y después eran dirigidos a la famosa sala. Podemos ver la gruesa puerta de metal con sus pestillos justo antes de entrar, y una vez dentro vemos una sala herméticamente cerrada con un techo bajísimo como si estuvieras en una cueva que conduce directamente al infierno, cuando entras no es difícil imaginarte la agonía que se ha vivido dentro de esta habitación. En este techo podemos ver como hay salidas de ducha normales pero son todas falsas, por el lateral sale un tubo por donde la SS vertía el mortífero gas que en 20 minutos acababa con la vida de hasta 40 personas o más. Justo en la puerta del otro lado de esta cámara de la muerte se encuentran 4 hornos crematorios donde eran introducidos directamente los cadáveres.
La visita a este lugar me impactó mucho, como la imaginación del hombre puede ser usada tanto para hacer cosas maravillosas como para llevar acabo la peor de las pesadillas. Si alguna vez tenéis la oportunidad de ver un campo de exterminio o de concentración Nazi hacedlo, por que sirve para enseñarnos los límites de la locura humana y lo que nunca debemos dejar que vuelva a ocurrir.
El pueblo alemán se lamenta de lo que ocurrió en la 2º Guerra Mundial y como Hitler engañó al pueblo he hizo estas matanzas sin que lo supiera, pero también debemos de pensar que, aunque tal vez no en esa magnitud, por desgracias estas cosas singuen ocurriendo y la vergüenza es que ahora nosotros SI sabemos que está ocurriendo.

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